ACOGE UNA SONRISA
>> 9/5/11
Comienza una nueva campaña de Vacaciones en Paz. Cientos de voluntarios trabajan en la logística que es complicada.
Para muchas familias españolas se inicia una cuenta atrás que terminará en junio cuando los niños saharauis lleguen para pasar el verano lejos del calor insoportable de la Hamada argelina.
Este año todo se complica por culpa de la crisis: hay menos familias, menos niños y menos recursos.
Si aquí tenemos problemas con nuestro día a día, podemos imaginar lo que ocurre en un campo de refugiados. Hace unos días, un amigo me lo resumía en una frase lapidaria: más por menos; más bocas por menos alimentos, más niños por menos maestros, más enfermos por menos doctores.
Este es un proyecto que cuenta con muchos defensores y también con innumerables detractores. Lo primero que aducen es que, sacar del entorno miserable a un niño para después devolverlo, es una crueldad, esto respecto a la vertiente humanitaria, tocante a su significación política, suelen ser más duros porque nos acusan de utilizar a los niños para hacer propaganda.
Yo, os lo digo con la mano en el corazón, no creo que las familias acogedoras seamos crueles ni tampoco que utilicemos a los niños, si lo pensara nunca hubiera participado.
Los niños desean regresar a su hogar a pesar de que aquí tengan cosas que allí no tienen y además están ansiosos de que el mundo les conozca y que todos sepan que viven refugiados porque sus padres o sus abuelos tuvieron que huir para salvar sus vidas.
Algunos de estos pequeños son huérfanos: hijos de mártires que dieron su vida por la Causa.
Nunca se lamentan, a veces te dicen que la pérdida del padre o de la madre les duele por sus hermanos pequeños que no tuvieron tiempo de conocerles y de aprender con su ejemplo.
En ocasiones te piden cosas disparatadas: una piscina de plástico para bañar a sus hermanos, un túper de pescado para la madre que hace tantos años no ha podido probarlo y lo echa de menos, cajas de gomas de borrar para regalar a sus amigos, el móvil desechado o nuevo para poder comunicarse con sus familiares al otro lado del muro, una olla rápida para que la bombona dure más, unas cintas con las canciones de moda. En otras, te sorprenden al explicarte que, cuando tienen hambre, se van a jugar y así se les olvida o que los saharauis son muy raros porque gritan ¡Sáhara Libre! con la barriga vacía.
Te enojan porque prefieren una fruta antes que la carne, porque no hay manera de que se coman la verdura, porque no quieren ir a la cama y se pasan la noche de juerga.
Muchas veces hacen preguntas incómodas ¿Por qué tu tienes tres televisores en tu casa y yo no tengo ninguno? ¿ Por qué tienes tres computers? ¿Cómo tu tienes tres coches en el garaje y los saharauis tenemos que esperar en el control a que pase alguno y nos quiera llevar a Tinduf?
También tienen comportamientos raros: te siguen y apagan la luz, te cierran el grifo, se niegan a echar a la basura los restos de las comidas, no te dejan cargar con ninguna bolsa, quieren fregar los platos, tardan media hora para lavarse y te dejan el baño hecho un cromo. Cuando anochece, sobre todo si son pequeños, lloran o se entristecen. Te ponen al borde de un ataque de nervios porque tardan lo que no está escrito para elegir un helado, porque quieren ropas de colores chillones, o porque quieren dormir vestidos.
Nunca dan las gracias, piden en imperativo y si les dices que te pasen cualquier cosa, en lugar de dártelo en mano, te lo tiran. Te asustan porque te cuentan que saben nadar, dejas que se tiren a la piscina y se hunden, te explican que montan muy bien en bicicleta y pedalean hacia atrás, cruzan la calle sin mirar y se ríen de tus gritos de espanto. Acaban con tu paciencia porque no entienden el reloj y nunca tienen prisa.
La acogida no es nada fácil y, sin embargo, cuando se van les echamos mucho de menos.
Quizás sea por estas sonrisas que cautivan o por esos ojos, que según una amiga mía, son los más bellos de África.
No, estos niños no buscan familia ya tienen una a miles de km.
¿Entonces por qué vienen y por qué hay personas que, a pesar de la crisis, les hacen un hueco en su hogar?
Sin duda debemos estar locos.
21 comentaris:
Soy de los detractores, Antonia. Entiendo y capto la buena fe de muchas personas que hacéis estas cosas, pero no puedo evitar la sensación de "parche cruel" que me provocan.
En general rechazo todo este tipo de solidaridad exótica habiendo al lado de nuestra casa gente que también necesita ayuda.
Ni es un ataque ni busco discutir: discutir sobre sentimientos es harto difícil.
Es más, me resulta muy honrado por tu parte poner al principio las dos versiones sobre el asunto.
Saludos.
Antonia, has plasmado perfectamente una de las caras de este injusto mundo. Pero si esto no se arregla iremos a más de lo mismo. La crisis creará más pobreza y más riqueza. Como se suele decir: El que nace pobre y feo, lo más probables es que con el tiempo desarrolle ambas condiciones, si no ya se encargarán otros de hacerlo.
Mientras tanto a seguir parcheando...
Un abrazo
Descla, la tuya es la voz de la razón, a priori, la sensata pero...cuando les conoces te das cuenta que los niños desean regresar con los suyos. Si ahora mismo me preguntaras por mis razones podría ofrecerte cientos de ellas, decirte que la solidaridad no es éxotica o cercana es sólo solidaridad.
Cuando empecé con esto, hace muchos años no sabía nada y por aquí no había casos de pobreza extrema, al menos tan abundantes como en la actualidad. Después viajé a los Campamentos y me quedé atrapada. No soy la única, somos muchos. Te aseguro que no me considero snob ni mejor que otros, no me sobra el dinero pero no concibo un verano sin ellos, los pequeños hijos de las nubes.
En este cartel que me sorprendió están tres de los niños que han estado en casa. Mi hija tomó la foto, la debimos colgar en el blog y alguien la recogió.
Fue una tarde radiante, llena de risas. Abdu, Lekbir (probablemente el poder salir le haya salvado la vida), la niña Lekhaila, su hermana Zuinoha, la de la muñeca. Les conozco a todos, estuve allí a escasos metros. Visto de cerca todo cobra otra dimensión. No puedo verlo desde fuera.
Un abrazo.
Antonio, este es un caso diferente, son pobres porque son refugiados y dependen de la ayuda internacional para sobrevivir aunque ya intentan cultivar huertos y crear pequeños comercios. Sin embargo viven en una de las zonas más inhóspitas de este planeta y quizás en una de las más bellas también.
Si la situación política cambiara no necesitarían ayuda. En el Sahara hay recursos de sobra.
Un abrazo.
Siento llevarte la contraria amistosa, Antonia, y verás como me das la razón. No son Pobres, son extremadamente ricos, simplemente carecen de dinero o medios materiales de los que incluso en muchas ocasiones prescinden por innecesarios.
El Pobre soy yo que cada verano que comparto con ellos en mi “lujosa” casa, o cada ratito que paso en sus humildes Jaimas, aprendo. Aprendo a no necesitar necedades de las que me veo continuamente rodeado y de las que “dependo” diariamente a pesar de su inutilidad. Aprendo a valorar aquellas pequeñas cosas, ratos, charlas, contemplaciones, a los que no daría ninguna importancia de no haberlas conocido junto a ellos.
Solo es eso, tengo un amigo que dice que los problemas si son de dinero son deudas y no problemas.
@Desclasado, ¿“solidaridad exótica”?.... con todo mi respeto y con sentido del humor, háztelo ver, por favor. Hablas de las necesidades a la puerta de nuestras casas y parte de razón llevas, si bien parte de demagogia también, pues solucionar nuestros problemas internos no implica desentendernos de los externos. ¿Te parece el Pueblo Saharaui y su conflicto, alejado de nuestra realidad. Cuando nosotros somos y fuimos parte del problema, cuando son nuestros/as hermanos/as ya que tenemos nuestra sangre mezclada y no solo por Saharauis, sino por Árabes?.
Y hablo siempre desde el sentido “solidario” de la acogida, nunca, porque lo detesto, desde un punto de vista de “caridad”, cristianamente entendido. Como bien dicen ellos la mano que da nunca debe de estar por encima de la que recibe.
As-salamu aâlikum
Salam
Gaizka Sola
Tienes razón, amigo Gaizka, debí decir que la precariedad deriva de su situación de refugio.
Y yo también detesto el término caridad porque tiene connotaciones que me retrotraen a otros tiemos porque implica limosna y nosotros no hacemos tal cosa. Compartimos con nuestros hermanos saharauis. También nos comprometemos porque creemos que el derecho a decidir tiene que ser para todos: "moros" o cristianos.
Un abrazo.
Yo lo veo diferente... Cuando traéis estos niños, además de darles recuerdos hermosos o curiosos, que es lo mejor que se le puede dar a un niño, hacéis que el vecino se interese y pregunte, y quiera saber qué coño pasa en el Sáhara y porque ocurre lo que ocurre.
Trayendo a estos niños unos días hacéis que se hable del lacerante tema de un pueblo que no tiene donde caerse muerto.
Trayendo a estos niños os implicáis en una causa que necesita tanto apoyo. Porque traerlos significa meterse de lleno, hasta las trancas, en un asunto que nos queda muy lejos. No sólo los traéis unos días: os implicáis todo el año.
Naturalmente que existen personas al lado que también necesitan ayuda. Pero llegamos a donde llegamos, no más. Y está bien que diversifiquemos causas y que unos llamen la atención sobre lo que ocurre en Sahara y otros sobre lo que ocurre en otro sitio, o sobre temas ecológicos, o sobre las guerras injustas, o sobre tantísimas cosas.
Y dicho esto confieso que yo no podría: soy demasiado egoísta como para turbar mis vacaciones con un niño saharaui que me tira las cosas cuando se las pido. Pero eso es egoísmo mío, contradicciones mías. Por eso es necesario que existan personas que se comprometen hasta ese punto (conozco varias, no sólo a ti): nos hacen pensar al resto. Bueno, al menos a mí me hacen pensar.
Y la foto, y las miradas, y las sonrisas... una pasada. Tot plegat, Antònia. Petons.
Con lo del imperativo o que tiran las cosas, me sorprendí mucho la primera vez que lo comprobé. Después entendí.
En su idioma no existe el ¿podrías, por favor? Sólo imperativo y ellos traducen literalmente. Otra expresión que me hace mucha gracia es el "déjame vivir" por el déjame en paz.
Entendí que las normas de urbanidad son convenciones que no tienen porqué ser las mismas en todas partes, sin embargo ellos nunca cruzarán por el medio de corro de gente, dan la vuelta por detrás. En las haimas, a veces estás sentado con la espalda apoyada en la pared y ves a un crío de pie a tu lado, sin decir ni pío: espera que le dejes pasar.
Sólo hay una palabra para decir gracias: shukran y la utilizan poco, pero... no les hace falta porque el agradecimiento no lo expresan con palabras, lo demuestran con sus actos.
Doncs si, Ramon, venen per a explicar-nos la història del seu Poble i per a que el món sàpiga que són allí i que esperen sense perdre l'esperança.
Petons.
Estoy contigo Antonia. No nos preocuparía hacer intercambio cultural con una familia inglesa o anglosajona porque parece que "pertenece a nuestra clase". ¿Por qué el intercambio con una familia saharaui nos puede parecer algo exótico, como si la pobreza fuera contagiosa o el nuestro gesto pudiera dar al traste con parte de nuestro prestigio social?
Quizá valoramos en exceso la abundancia de la que hasta ahora habíamos dispuesto, hasta el punto de considerarnos como cultura superior.
Me alegra tu respuesta, Antònia, tenía dudas de que me malentendieses. Como ya nos vamos conociendo parece que ese peligro es ya pequeño.
Gaizka: ¿es necesario que me digas que "me lo haga ver"? ¿Has de ser grosero gratuitamente? ¿No puedes discrepara de mi todo lo razonadamente que quieras sin entrar en esas sandeces de mal debatidor de bar de borrachos?
Joder... Venga, no te diré que te lo hagas ver tú, pero lo pensaré.
Y si por cierto quieres debatir algo en serio, mírate esa mezcla que dices de sangre árabe, que no es tanta ni es tal: fuimos esclavos de los árabes, ciudadanos de segunda abocados a pagar impuestos, y la mezcla racial fue la excepción, no la regla.
Pero puedes alterar la historia como quieras si eso te hace feliz.
Al fin y al cabo de África venimos todos, razón no te falta aunque yerras en lo de árabe.
Bueno, aparte de tonterías: la historia del Sahara me duele especialmente. Por algún tipo de conciencia de "español", me siento responsable de haber dejado a esa gente tiradísima en manos del hijo de puta del hermano árabe marroquí.
Con Guinea también me pasa.
@Desclasado siento que me malinterpretases, no quise ofenderte en ningún momento. Es más comence apuntandóte que "con respeto y sentido del humor".
En cuanto a lo de nuestra historia y la árabe no la manipulo, simplemente está ahí. Fuimos sus esclavos lo mismo que ellos los nuestros en lances de guerra. Pero la mayoría del tiempo supimos convivir las "tres culturas" con nuestros más y nuestros menos, pero el contagio y asimilación cultural fueron incuestionables, no tienes mas que darte un par de paseos por toda la península y por nuestra lengua común, y el resto de lenguas no comunes.
Un abrazo y disculpas de nuevo si te has sentido ofendido sin ninguna intención de mi parte.
Asunto arreglado, Gaizka.
La convivencia de las tres culturas ha dado para debates de altura, entre ellos el muy candente en su época de Sánchez Albornoz y Américo Castro.
A grandes rasgos se puede decir que la minoría árabe era dominante y la mayoría hispana dominada.
Por supuesto que hay asimilación cultural y contagio en ambas direcciones: el mismo camino de Santiago abrió la puerta a corrientes europeas que pasaron a los moros.
Para lo de la sangre, mejor nos vamos a la genética, que es más fría que las visiones románticas. Puedes verlo aquí y la misma página al final te enlaza con más datos:
<a href="http://racialreality.110mb.com/spaniards.html>PINCHA</a> (Está en inglés, no encuentro en español).
Saludos.
Me ha salido mal: PINCHA AQUÍ
Y para ser totalmente imparciales, os dejo la versión, a mí entender totalmente delirada, de Ignacio Olagüe según la cual los hispanos se convirtieron masivamente al Islam y no hubo invasión: AQUÍ
Revisionismo histórico avant la lettre...
Ante todo mis disculpas por no heber contestado a tiempo. he estado muy ocupada.
Camino, es cierto un intercambio con una familia del primer mundo a todos o la mayoría le parecería bien, en cambio con estos niños la cosa cambia.
Descla, las personas con un mínimo de sensibilidad sienten este dolor y esta corresponsabilidad hacia los saharauis. Un día les dijeron que eran españoles y al día siguiente resulta que ya no. A golpe de decreto, de fosfatos y de pesca se convirtieron en apátridas.
He estado investigando en las hemerotecas desde mayo del 75 mes en el cual estuvo allí una Misión Visitadora de la ONU, hasta Octubre del mismo año: hay tanta información y tan contradictoria que si se diera hoy mismo nos perderíamos.
Hoy día no, porque ya sabemos qué pasó.
Sin embargo me he sumergido tanto que incluso he podido ver los tanques y las alambradas en las calles de El Aaiún y a los saharauis atrapados en aquella ratonera mientras nuestras tropas retrocedían en las fronteras para salvar la cara de Hassan II.
Es inevitable sentir vergüenza por lo que les hicimos.
Por último me gustaría decir a los detractores, a los que nos reprochan que nos vayamos tan lejos para ejercer la solidaridad que yo aún creo en que la solidaridad con mayúscula no entiende de razas, de distancias, de color, de género o de creencias.
Un abrazo a todos y gracias por comentar.
Perdón, se me había olvidado: y que la Solidaridad, en estos tiempos que corren, es un valor en alza en el que vale la pena invertir por el futuro de nuestros hijos y por nuestro propio futuro.
Abrazos, otra vez.
Siempre he querido hacerlo y nunca lo he hecho, como tantas otras cosas en la vida. Y me da rabia, porque al final es comprometerse, no es otra cosa. Esta es nuestra lucha diaria. Me gusta mucho vuestro blog pero estos dias pasados, entre el trabajo y las acampadas, no he estado demasiado centrada en nada.
Monic, es una experiencia increíble.
Entre los acogedores hay de todo, los que se quedan con la vertiente puramente humanitaria que es importante porque les ayuda a resistir y hay otros que se comprometen con la Causa de la Libertad del Pueblo saharaui.
Ojalá el año que viene no fuera necesario este proyecto, pero si lo es , si seguimos ahí estará para que participe quien quiera hacerlo.
Un abrazo.
la sonrisa atrae mucho.
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