Educación + Cultura = Tolerancia

>> 16/9/10


La medida de expulsar a los gitanos de Francia, tomada por Sarkozy, medida totalmente xenófoba y racista, ha hecho correr muchos ríos de tinta, de tinta negra y oscura.

El señor Sarkozy ha dado el traste, eso sí acompañado de muchos votantes que apoyan la medida, con los objetivos de "liberté, egalité, fraternité", lema de la República Francesa a la que supuestamente representa.

Pero lo que yo hoy intento subrayar es cómo se ha puesto de manifiesto el divorcio que con frecuencia existe entre nuestras ideas y "nuestras prácticas". En definitiva, nuestro grado de coherencia, y también de tolerancia.

El otro día, Isaac Rosa, soy lectora habitual de sus columnas en Público, señalaba que nuestro nivel de tolerancia siempre tiene algún "pero":
* No soy homófobo... pero no querría que mi hijo fuera gay
* No soy racista... pero no querría que mi hija se casara con un negro
* No soy xenófobo... pero no alquilaría un piso a un magrebí

Así, ad infinitum.

Estos ejemplos nos son a todos, admitámoslo, conocidos y comunes. Y es que, una vez más, podemos observar que la teoría se distancia de la práctica. A diario lo comprobamos fácilmente en los demás, en el otro. Quizás nos cuesta algo más admitirlo en nosotros mismos.

El único camino hacia la tolerancia, hacia la diversidad y el respeto a lo diferente, es a través de la educación. De la cultura. Precisamente, la asignatura "Educación para la ciudadanía y derechos humanos", que así se llama, se creo en 2006 para reforzar los valores democráticos y constitucionales. Para favorecer el desarrollo de personas libres e íntegras. Sin embargo, desde el comienzo esta disciplina, y su implantación, ha resultado polémica a causa de los elementos más integristas, insolidarios e intolerantes de nuestra sociedad.

En un mundo tan complejo y diverso como el que nos ha tocado vivir, creo totalmente necesario reforzar la educación en valores que nos permita a todos asumir una mejor y solidaria convivencia.

Ante estas situaciones no podemos guardar silencio y ser cómplices de la xenofobia, de la marginación, del racismo. Insto a todos a que gritemos con fuerza en defensa de una sociedad solidaria y esto solo podremos conseguirlo a través de la cultura y de la educación. Yo no conozco otro camino.

Les dejo con unas siempre interesantes palabras de Eduardo Galeano: "Ensayo del miedo"

35 comentaris:

RGAlmazán 16 septiembre, 2010  

En definitiva es el miedo a lo diferente. Hace décadas que Erich Fromm escribió "Miedo a la libertad" y siguen vigentes sus tesis.
En definitiva sigue habiendo mucha gente que no entiende la diversidad y que la ataca porque para ellos es necesario una uniformidad, como si la sociedad fuera así.
Hay que aceptar lo diferente y siempre desde un plano de igualdad. Sólo debe estar por encima de ello: el respeto a los derechos humanos.

Salud y República

Jordi Pascual Morant 16 septiembre, 2010  

El pueblo gitano siempre se ha caracterizado por su estilo nómada, contrario a las restricciones o imposiciones de otras formas de vida que limitan su libertad. Ahí reside para mí la "liberafobia" de nuestra sociedad. Como nos dice Galeano, tomando la metáfora del supuesto ladrón de hachas, la vida de los artistas anónimos es reprochable, su estilo "freelance" choca con las obligaciones de la mayoría de contribuyentes sedentarios. Hasta que ese artista se convierte en un individuo famoso, entonces se apropian de su identidad para que represente el éxito de sus fracasos. Francia tiene como suyos grandes artistas gitanos, el mundo debería estar agradecido por todo lo que nos han dado con su libertad, ¿qué sería del flamenco, el baile, el jazz sin ellos?.
Carmen, estoy contigo y creo que nadie puede dudarlo de que la cultura depende de la educación.
Siempre hay cultura, pero no siempre buena educación.
un abrazo

Camino a Gaia 16 septiembre, 2010  

Sin diversidad no hay futuro, pero sin tolerancia no puede haber diversidad, el mundo colapsaría en una debacle de guerras y violencia asesina y genocida. Todo esfuerzo por entender al otro o simplemente reconocer su derecho a estar a estar ahí y ocupar un lugar, es poco.
Estoy de acuerdo en que necesitamos educación y cultura, pero una educación específica en la tolerancia a otras culturas y una cultura de interculturalidad.

Txema 16 septiembre, 2010  

Pues si Carmen, la mayor parte de las veces es el miedo lo que nos hace (no me excluyo en absoluo) tener algún grande o pequeño "tic" de esos que señalas.

Quiza sea inherente a nuestra condición humana y no fácil de evitar.

También es cierto que, muchas veces, nuestra tolerancía ha sido consecuencia de abusos por parte de quienes se han aprovechado de ella para subvertir precisamente esa misma tolerencia.

En fin, que es un asunto complejo y con muchos perfiles.

En todo caso, las medidas de este tipo, me recuerdan demasiado al nazismo como para no alarmarme como ya señalé en mi blog.

un saludo

Eastriver 16 septiembre, 2010  

Qué meditación sencilla y a la vez contundente. A menudo son las cosas más sencillas de lo que preveemos. Y en esa receta sencilla, a menudo también, late una enorme complicación.

Siempre digo y pienso que el fascismo, el descarnado, no es algo ajeno a nosotros. Lo llevamos dentro, todos. Nuestro deber es mantenerlo controlado, no dejar que crezca, anularlo con la razón. Pero en un primer momento tiende a surgir, a manifestarse. Es la parte prejuiciosa de nosotros, es el caos previo al orden, es el instinto que nos muerte. Y efectivamente es la cultura y la educación (también en la sensibilidad, pero yo siempre he creido que la sensibilidad también es educada por la cultura... lo que se llamó educación sentimental), decía que es la educación quien controla ese foso oscuro que todos llevamos dentro.

Yo no me considero racista, pero sí clasista. No lo digo como justificación, porque igual es peor y todo. Quiero decir que a mí si alguien es blanco, negro, amarillo, me resulta indiferente absolutamente. Con lo que no puedo es con la mala educación. Me da igual si alguien es rico o pobre, la mala educación es lo que me hace clasista (obviamente no de clase social).

(Sigue)

Eastriver 16 septiembre, 2010  

(Continuación)

Recuerdo que escribí un día en tu blog que yo no quería gitanos en mi escalera. Lo digo y lo mantengo. Los conozco, he trabajado con ellos. Y son complicados, al menos a mí me lo resultan. Las niñas, a los doce años, dejan de estudiar y las casan. Es así. Les inculcan unos valores que no son aceptables en convivencia. Son muy ruidosos y nada respetuosos con el silencio de los demás. ¿Todos son así? Evidentemente no, pero sí la mayoría. ¿Lo son por genética? Es evidente que la genética no condiciona estas cosas. Lo son por una cuestión cultural. Lo de Sarkozy me indigna igual que a ti, y afortunadamente indigna a muchos. Pero la solución no es la pasividad sino afrontar el problema (sí, problema he dicho, lo que es hipócrita es no reconocer que ahí hay un problema) y enfrentarlo. Hay que dignificar la vida de los gitanos. Son como todos y merecen los mismos derechos. Y es necesario integrarlos en la sociedad y que comprendan que existen normas que deben servir para todos. Si ello no se hace, escondemos la cabeza bajo el ala y no hacemos más que favorecer que un facha los deporte.

Si hay educación y un cierto respeto a las reglas sociales que nos permiten vivir en comunidad ya todo me da exactamente igual. Mientras tanto, reivindico mis peros. Tengo derecho. Yo no soy racista, pero por favor, que quien venga a vivir al lado de mi casa sea capaz de respetarme como yo pienso respetarle a él. ¿Qué esto no tiene que ver con los gitanos? No tendría si estuvieran integrados. De momento, por desgracia, sí tiene que ver. Y ahí es donde entra la educación.

También es cierto que educar no es fácil, es horrorosamente difícil. Nos educamos a menudo de forma violenta (no digo a golpes, no digo que la letra entre con sangre... digo que es importante poner límites y a veces hay que ser contundente, de lo contrario aparece el caos, lo sé porque me dedico a ello y hago mejor mi trabajo desde que soy contundente, nada paternalista y tengo claro que la violencia no física que uso para que se respeten las reglas es una forma de educar y no de castigar). A la postre, nos educamos a nosotros mismos en base a preguntas. Buscando esas respuestas nos damos cuenta de que es casi imposible ser radical en nada y que por tanto es importante ser flexible. De hecho, la buena educación es una forma de flexibilidad.

Gran texto, Ciberculturalia, ya ves todo lo que me ha inspirado. Es como lo de Galeano, una cosa aparentemente sencilla contiene toda la sal de la tierra. Un beso.

Antònia 16 septiembre, 2010  

Estoy completamente de acuerdo con Eastriver, también yo he trabajado con gitanos y es muy difícil. Por razones étnicas o culturales se sienten por encima de las normas al uso y además a la menor reconvención te acusan de racista.
Precioso el vídeo de Galeano.
Un abrazo a todos.

El Pobrecito Hablador del Siglo XXI 16 septiembre, 2010  

Cibercultaralia, Isaac Rosa está en lo cierto: siempre, siempre, hay un pero, tal y como se puede comprobar en los comentarios de esta entrada. Ahora, eso sí, nos gusta Galeano y, sobre todo, nos gusta decir que nos gusta.

Por otra parte, no solo educación y cultura. También militancia activa, compromiso y movilización

¡Salud!

Txema 16 septiembre, 2010  

Creo que la cuestión no es si es fácil o no trabajar co los gitanos, o cualquier otro grupo étnico, sino saber si las expulsiones masivas son lícitas.

Yo creo que no, al margen de si los gitanos respetan por completo o no nuestra forma de vida. Insisto en que eso no es el fondo del problema.

Me parece que Sarkozy, que ahora ya cuenta con la complicidad de la UE, que hoy ha mantenido un vergonzoso silencio ha tomado unas medidas que si recuerdan a las deportaciones de la Alemania nazi. Y si le sienta mal, pues que rectifique.

Y sin embargo la comisaria Reding es la que tiene que disculparse y enima es abroncada.

saludos
saludos

Eastriver 16 septiembre, 2010  

Txema, sí es el fondo del problema. Lo que no es un problema, al menos no desde el punto de vista moral, es el tema de Sarkozy. Ahí no hay problema, ahí no hay nada que discutir, ahí estamos todos de acuerdo: es algo indigno y una fachada (de facha, que es lo que es). Por eso lo combatimos todos. El problema, el verdadero y único problema, es el papel de los gitanos en nuestra sociedad. Claro, puede hacerse una cosa: no mirar, no atender ese problema, negarlo incluso. Decir, los gitanos tienen su cultura respetable. Decir, los gitanos no son ningún problema. Eso es no mirar, no querer ver.

Tengo una buena amiga, excelente profesional de la enseñanza, que decidió ir, llena de buena fe, a un centro educativo de Barcelona, de atención preferente creo que los llaman, con población gitana. Motivadísima. Está de baja, ha caído en una depresión que me hago cruces. Nadie escuchaba, no la respetaban, los libros volaban en el aula, el material permanecía en el centro pues todos llegaban diariamente con las manos en los bolsillos anécdotas sin fin que no describiré. Se me dirá que esto no pasa de categoría de anécdota: mentira, eso es lo normal en la población gitana adolescente. Otra cosa es que no queramos verlo.

Tres calles más arriba de la mía vive una familia gitana. A veces paso por delante. Sacan las sillas y una mesa a la calle y comen ahí. Resulta gracioso visto desde fuera. Los vecinos no opinan lo mismo, porque tras la música viene el tacatá y las danzas. ¿Que mañana madruga alguien? Ellos no.

Se me tachará de racista equivocándose absolutamente. Vale, lo acepto. Quien lo haga es porque es un izquierdista de salón, que se queda con la teoría pero no atiende a la práctica, por desagradable que sea. Por lo menos soy honesto y digo lo que mucha gente piensa. Y para quien no quiera entenderlo supongo que mi amiga estaría encantada de intercambiar su puesto de trabajo hasta final de curso, que quedan unos cuantos meses.

Todos los seres humanos somos iguales, es una verdad de perogrullo. Todos tenemos los mismos derechos, o deberíamos tenerlos. Esa es mi lucha. Pero mi lucha no olvida las obligaciones que también todos estamos obligados a asumir. Se me dirá que ha asomado ya un pero, y es natural que así sea. Yo soy libre pero no puedo conducir si he bebido, soy libre pero mi libertad termina donde termina la de mi vecino... estos son mis peros, que no tienen nada que ver con el miedo, ni con los peros racistas u homófobos, ni con los peros morales de la Iglesia.

El problema de los gitanos está en el fondo del asunto del fascista de Sarkozy, y solamente solucionaremos esas actitudes, por mucho que las combatamos, haciendo que todos podamos vivir con respeto, unos al lado de los otros. Y es poco agradable que una cuestión que tiene únicamente que ver con la civilidad, en la que sigo creyendo, pueda identificarse con posiciones racistas. Saludos a todos los comentaristas y gracias a ti, Ciberculturalia.

El Pobrecito Hablador (Un izquierdista de salón) 16 septiembre, 2010  

Pues los echamos también y problema solucionado. Propongo echar, después, a los que les guste la música que me gusta a mi, ¡ah! y también a todos los niños de 3º de ESO que enredan en clase, sin distinción de raza, sexo o procedencia; y a todos los que no son cultos, y ...
¡Salud!

Txema 17 septiembre, 2010  

Pues Ramón sigo creyendo que el fondo del problema en este caso es la actitud de Sarkozy y no el comportamiento nefasto de algunos gitanos.

Por cierto, es lamentable lo de tu amigo, evidentemente, pero no se puede concluir de ello que todos los gitanos se comporten igual.

A estos de Francia no se les expulsa por ser gitanos, sino por ser extranjeros. Los gitanos franceses no tendrán ese problema. Ese es el problema de fondo.

En cuanto a lo de ser un izquierdista de salón, pues me parece que tampoco tiene demasiada relación.

Hay un problema, evidente, que es el de la falta de integración en la sociedad. Es inadmisuble no respetar el descanso ajeno, claro.

Pero te aseguro que donde yo vivo, no son precisamente los gitanos quienes me producen quebraderos de cabeza, con su falta de respeto.

Son payos, que a las tantas, llegan en sus range rover, dando portazos, hablando a voces y con carcajadas colectivas y viven no en una campamento chabolista, sino en una calle en un chalet unifamiliar. Y no es un caso aislado.

Y sin embargo nadie dice absolutamente nada. ¿Qué pasaría si fueran extranjeros, gitanos o turcos o moros?

saludos

Txema 17 septiembre, 2010  

De todas formas insisto, lo que se ha plenteado (creo) no es el carácter nacional gitano, sino la legalidad de las expulsiones.

Saludos de nuevo.

Ciberculturalia 17 septiembre, 2010  

Rafa:
Efectivamente ya hace mucho que Erich Fromm hablo de este tema en su magnífico ensayo "Miedo a la libertad". Como bien dices, tolerancia siempre que se respete los derechos humanos.

Jordi:
La cultura, la educación... ambas imprescindibles para entender y respetar las diferencias.

Camino:
Es así. Una culura de interculturalidad

Txema:
El miedo siempre es paralizante y nos jeuga malas pasadas.
Tienes razón cuando afirmas que lo que se plantea aquí es por un lado la legalidad de las expulsiones y antes estas nuestro propio posicionamiento. Con nuestros miedos, nuestras incoherencias.

Ramón:
Se lo que quieres expresar y es muy natural que cada uno parta de su propia experiencia que siempre tamiza nuestro pensamiento. Esa es la idea de la discusión, poder trascender nuestra propia mirada. Entre todos enriquecemos el debate, no crees?

Antònia:
Como le digo a Ramón, la experiencia tamiza. Efectivamente el vídeo de Galeano no tiene desperdicio

Pobrecito Hablador:
Todos nos enfrentamos a nuestra propia coherencia. Lo que decimos, lo que nos gustaría ser y lo que en realidad decimos y somos. Este tema es complejo y es natural el debate. Se que todos los que aquí estamos partimos de una posición de coherencia y respeto a lo diferente y cada uno lo vive acorde con su propia personalidad, con su propio experiencia. Lo importante, luchar por una sociedad integrada.

Mil gracias a todos por los comentarios que a mí tambíen me han ayudado mucho a aclararme en un tema que tiene tantos y tantos aspectos. Un beso

El Pobrecito Hablador del Siglo XXI lamentable 17 septiembre, 2010  

Respeto, si, pero antes que nada hacia mi, que yo no he valorado como lamentable ningun comentario, ni mucho menos le he dicho a madie que es un izquierdista de salon. La realida política europea al fin os da la razón: hoy, todos los presidentes europeos arropan a Sarkozy y queman en la hoguera de la hipocresía a la comisaria. ¡Hablan de que lo primero es el respeto! Que se lo digan a los gitanos. ¡Eso si que es lamentable! De tan ilustrados y comedidos que queremos ser todos, hacemos el ridículo y,al final, el discurso que gana es el de siempre desde hace ya 40 años. Así nos va. Después citaremos la famosa cita de Brecht

Ciberculturalia 17 septiembre, 2010  

Pobrecito: Se que en los debates podemos excedernos al defender nuestras posturas.

Cuando dices "la realidad del a política europea al fin os da la razón"...

Te pregunto: ¿A quién se la da, a quién te refieres?

No hay ninguna frase mía en que defienda la postura de Sarkozy. Incluso en mi blog hoy critico la postura de la Unión Europea y la hipocresía de los presidentes.

Un beso

El Pobrecito Hablador del Siglo XXI 17 septiembre, 2010  

Me refiero a quienes dicen que soy lamentable (no mis opiniones, que eso sería otra cosa) y que soy un izquierdista de salon. Lo que ocurre es que somas tan educados que hemos aprendido a utilizar la imepersonalidad de las cortes reales para señalarnos si ser notados.

Me refiero a que se hace ya un poco pesado, cansino, que cuando de verdad tenemos que gritar como lobos, y decir las cosas por su nombre, aparezcan siempre los "peros" a los que se refiere Isaac Rosa; se hace ridículo que se invoque a las formas y al cuidado del cutis, no vaya a ser que nos vean haciendo una mueca de aspaviento y nos digan que no somos civilizados, ilustrados, cultos y educados; no vaya a ser que nos confundan con la chusma que insulta como insultaría, por cierto, tan bien, un gitano.
Bueno, estoy tan enfadado que mejor me guardo mi mala leche para mi blog. Allí estoy en mi casa y me podré desahogar a gusto.

Gracias Cibercuralia, por haber propuesto este tema. Nos hace reflexionar y nos ubica a cada cual en su lugar del debate.

¡Abrazos y salud!

El Pobrecito Hablador del Siglo XXI 17 septiembre, 2010  

(continuación, y de una vez por todas, sin pelos en la lengua)

"recuerdo que dije que no quería gitanos en mi escalera. Lo digo y lo mantengo"
Eastriver


Si cambiamos "escalera" por Francia, encontrar en 5 segundos las diferencias con el discurso de Sarkozy.

¡salud!

Txema 17 septiembre, 2010  

Me parece que el debate se ha salido de madre.

Lo que proponía Carmen era sencillamente, al menos así lo he entendido, la cuestión de las medidas de Francia sobre la expulsión masiva de gitanos arrasando, sin más, y ahora con el apoyo de los 27, cualquier atisbo de legitimidad.

Por cierto, ese apoyo me da la razón en mi desconfianza a la UE, pero en nada más.

Puede que Ramón no haya acertado en el uso de las palabras pero creo que en el fondo plantea una cuestión que no debemos obviar: el rechazo que generan determinados colectivos. Es una realidad social que hay que tener en cuenta.

Pero éste, es otro debate muy distinto en el que también se debe entrar sin miedo y sin consideraciones previas que resultan muy peligrosas.

Creo que, desde una perspectiva de izquierda, se debe afrontar con valor este problema y no estigmatizar a quienes ven la cuestión con otro prisma porque, posiblemente, lograremos el efecto contrario al que deseamos.

Es decir, creo, por supuesto con multitud de dudas, que la llegada de inmigración generará siempre problemas. Un día serán los gitanos, otro los subsaharianos y un tercero los kosovares.

Ya lo habéis dicho, es el miedo, y no sólo a la libertad, sino también a la seguridad, al posible quebranto del modelo de sociedad que conocemos y en que, de una forma a veces muy crítica nos desarrollamos cultural, social y políticamente.

Yo, que no me considero xenófobo ni racista, estoy cada vez más preocupado con el ascenso del islamismo fundamentalista, y es legítimo que exprese mi miedo a que cada vez tenga más influencia entre los musulmanes españoles.

Pero, ¿la solución ex expulsarles? No lo creo. Más bien pienso que la solución está en la vía del compromiso con los valores de la tolerancía y el respeto. Y no digo de la democracia occidental porque para cada sociedad esta es distinta, aunque no lo guste a la OTAN.

Perdonad por lo largo del escrito.

un abrazo

Txema 17 septiembre, 2010  
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Camino a Gaia 17 septiembre, 2010  

Ha surgido un debate mas que interesante.
Puedo decir que en mi caso la experiencia con el colectivo gitano fué larga, cercana y positiva. Pienso que el desconocimiento de determinadas realidades nos lleva a una simplificación y la consecuente crispación que conlleva la falta de entendimiento. A mi modo deber, con frecuencia pensamos que el racismo tiene una dirección única y lo cierto es que la inmiscibilidad de las culturas es fruto de una doble xenofobia, la de la cultura dominante y la de la cultura amenazada. Desde la cultura dominante llegan actitudes de rechazo y también de paternalismo, y ambas ayudan a la falta de entendimiento. Creo que Ramón plantea, con mayor o menor fortuna el fracaso del paternalismo. Contra el rechazo creo que estamos todos de acuerdo.
El camino que yo he conocido como viable ha sido el del reconocimiento MUTUO, y hago incapié en esta palabra porque creo que el respeto es cuestión de ofrecimiento y de exigencia.
Con frecuencia oigo hablar de integración, pero esta suele implicar la desculturalización, en el sentido de pérdida de la identidad cultural. Por eso, haciendo alusión al título de este post reconozco que hace falta cultura y educación, la pregunta sería ¿qué cultura y qué educación?
A mi modo de entender creo que esa cultura es la multiculturalidad y la educación en el respeto y tolerancia mutuas, y el consecuente reconocimiento en la cultura dominante de los valores de la cultura minoritaria.

El Pobrecito Hablador del Siglo XXI 17 septiembre, 2010  

Mientras andamos dudando, en este y en otros temas, las ideas conseravadoras más raccionarias sigeun ganando terreno. Estos no tienen dudas, y además han ganado la opinión pública.

¿Complejidad? No lo creo. Es muy sencillo, si partimos de la base de que todos somos ciudadanos, tengamos papeles o no. ¿Luchar contra el fundamentalismo? Claro. Luchar contra la delicuencia, claro. Pero sea de la religión que sea y de la etnia que sea. ¿Por qué nadie se plantea en ilegalizar al Opus Dei y en expulsar a sus miembros, que , como todo el mundo sabe, es una secta fundamentalista?
¿Por qué nadie dice bien alto y claro que expulsemos, por ejemplo, a Francisco Camps, a Millet, Alavedra, Montull, Puig, Matas, Fabra, etc., etc y a los miles de delincuentes que tenemos en nuestras càrceles?
Efectivamente, porque somos xenófobos y racistas y andamos como alma en pena arrastrando nuestros "peros" mientras leemos "Publico".

¡salud!

Jordi Pascual Morant 17 septiembre, 2010  

De "pobrecito hablador", nada de nada, lo dices claro y fuerte, y las verdades ofenden, ya se sabe. Estoy contigo en todo lo que dices. Qué lejos vivimos de la realidad de los otros.

Camino a Gaia 17 septiembre, 2010  

Pobrecito habador del siglo XXI: No creo que la firmeza esté reñida con la reflexión. Así que tomando en cuenta tu consejo me dado una vuelta por "Público" y me he encontrado con este chiste:

Llega Sarkozy y le dice a sus ministros: “He decidido expulsar de Francia a todos los gitanos y dentistas rumanos.” “¿Y por qué a los dentistas?”, responden al unísono los miembros de su gabinete.

Creo que este chiste ilustra por qué es necesaria la reflexión, y en definitiva vuelve a repetir tu pregunta de ¿Por qué no expulsamos a Camps y Cia?
La respuesta es muy triste, no los expulsamos porque tienen dinero y prestigio social. Nuestro racismo tiene que ver mas con la pobreza y cada vez se hará mas evidente esa conexión. No es extraña la coincidendencia de crisis económica y aumento de la xenofobia en Europa. ¿Hasta qué punto la xenofobia síntoma o enfermedad?. Como su propio nombre indica la xenofobia en un sentimiento y creo que podemos avanzar mucho mas en la lucha contra esa emoción si la reconocemos como tal. Las ideas pueden dirigir el mundo pero las emociones lo mueven.
La derecha solo tiene que esperar, aunque sea la banca internacional la causante de la devacle, para el ciudadano de a pie esta es una idea y una causa muy difusa. Los que son diferentes, por definición, son fáciles de identificar. Mucho mas si la exclusión social lleva a muchos y de manera muy significativa a la delincuencia o a la drogodependencia. El problema no es Sarkozy, el problema es que lo apoya una parte mayoritaria de la población.
¿Podemos decir entonces que la mayoría de los franceses son racistas? ¿Por qué ahora lo son mas que hace unos años? ¿Por qué no lo son con los "dentistas"? Creo que la firmeza es necesaria pero ¿es suficiente?

Txema 17 septiembre, 2010  

No me tengo por xenófobo ni racista y no he dicho que sólo se deba luchar contra un fundamentalismo.

Sólo ha expresado mi preocupación por un hecho concreto que no excluye a los restantes.

saludos.

Eastriver 17 septiembre, 2010  

Sigo el debate establecido con mucho interés porque lo hacéis muy bien. Quien lo hizo mal fui yo. Por eso, y sin peros esta vez, debo pedir disculpas a Mariano José por lo que todos sabéis. El debate de altura es debate respetuoso, y el mío no lo fue. Si aspiro a ser mejor persona debo empezar por reconocer mis errores y pedir perdón.

Frente a una entrada como la de Ciberculturalia uno puede comentar de pasada o entrar a debatir. Pareció que a eso nos invitaba Ciberculturalia. Y debatir significa mirar las cosas desde todos los prismas. Me siento de izquierdas pero no me siento cercano al buenismo de la izquierda. Si queremos prevenir actitudes fascistas de algunos debemos comenzar por ordenar la casa. El desorden acaba generando fascismo.

Mantengo lo de los gitanos en mi escalera. Pero no por gitanos. El color de la piel me da exactamente igual. Quien quiera entenderme que me entienda: no repetiré argumentos. Reivindico el derecho a vivir en paz y civilizadamente, y a que todo el mundo tenga el mismo derecho.

Supongo que si me hubiera limitado a decir que era espantosa la actitud de Sarkozy hubiera evitado la polémica. Hubiera sido sincero, porque es lo que siento. Pero hablé de las aristas que deberían limarse, no quedarme en la queja sino ver por qué ocurren estas cosas. Me dolió que comentar las aristas, algunas de las causas que yo humildemente percibo, fuera interpretado como un pero. Pero eso no justifica mi error.

Si pretendemos un mundo más justo y más honesto, debemos comenzar por ser justos y honestos cada uno de nosotros. Por eso este escrito.

El Pobrecito Hablador del Siglo XXI 17 septiembre, 2010  

Camino a Gaia
La reflexión ya está hecha. ¿Qué más queremos relexionar? ¿Escribimos una tesis?

1.- Sarkozy expulsa a los gitanos Rumanos contraviniendo la Constitución francesa y los tratados Europeos
2.- Los expulsa con dos argumentos: hay mucho delincuente entre ellos y son ilegales, a pesar de que son ciudadanos de la UE
3.- En consecuencia, todo delincuente debe ser expulsado. Porque en caso contrario, como en realidad ocurre, se les expulsa por ser gitanos
4.- Entre las diferentes etnias que viven en Europa, de la caucásica, a la Pashtun, hay gente decente, honesta, y también delincuentes, que cuando contravienen la ley y se demuestra que lo han hecho, van a la cércel.
5.- la Comisaria Reding regaña a Sarkozy
6.-Todos los presidentes de la UE regañana a la comisaria Reding, la ponen a parir, de tal manera que es ella quien se convierte en la diana de todo este asqueroso asunto
7.- Desde hoy, la puerta para expulsar a cualquier colectivo étnico de cualquier pais europeo está abierta
8.- Vamos a reflexionar un poco a ver cómo va esto, que es un tema muy complejo.
9.(-1)- Sarkozy expulsa a los gitanos Rumanos contraviniendo la Constitución francesa y los tratados Europeos.

Y así...

¡salud!

El Pobrecito Hablador del Siglo XXI 17 septiembre, 2010  

Querido amigo, disculpas aceptadas. Se cruzó mi mensaje con el tuyo.

En mi escalera hay una familia catalana de la seba que me despierta cada día a las 5 de la mañana con gritos, golpes de muebles y una sardana. Desde hace 10 años. Tienen un acento catalan de lo más respetable, pero chico, son unos tipos inaguantables, estos de la familia l.l ¿Me explico? ¿No quieres gitanos en tu escalera o no quieres gente incivilizada en tu escalera?

¡Es que no es lo mismo Ramon!

¡salud!

Miguel Ángel 17 septiembre, 2010  

Estoy con Ramón, no me gusta la gente incivilizada, ni en la escalera donde vivo, ni en el país o el planeta. Pero, ¿qué hago? ¿Echarlos? ¿Irme yo? ¿adónde? no creo que ninguna de las opciones sea la solución. Desde luego lo ideal sería que todos fuésemos muy civilizados. Pero no es así. Yo creo que este es un debate muy profundo y plural. Me defino como anti-expulsión, anti-Sarkozy, no creo que la solución sea expulsar a los gitanos de mi escalera. Ahora bien, sufriría bastante si a poco mi escalera se va llenando de gitanos que me tienen comida la moral y a los que no puedo ni mirar a los ojos, so pena de maldición o puñalada trapera de algún primo vengativo. Claro que esto me puede pasar con un gitano, con un magrebí o con un catalán impresentable de Vic. Incluso con Alicia Sánchez Camacho de vecina sufriría lo mío. Yo sólo pido respecto, como creo que yo respeto a los demás, que me he pasado 15 años conviviendo en el barrio con una familia gitana y no hemos tenido ningún problema. Sólo acostumbro a destestar a la gente impresentable y a los mangurrinos. Pero, ¿cómo convivir con este tipo de gente? Creo que ese es otro debate.

El Pobrecito Hablador del Siglo XXI 17 septiembre, 2010  

Bueno, que como creo que ya no tengo nada más que decir, y lo único que me queda es el desahogo, para quien quiera compartir mi grito le invito a
http://elpobrecitohabladordelsigloxxi.blogspot.com/
¡Salud!

El Serrano 17 septiembre, 2010  

Todo el mundo sabe ya que el racismo, la xenofobia....etc. es un asunto de actitud intelectual. Si tienes un vecino marrano es indiferente que sea de una etnia caulquiera o que su procedencia sea de de donde fuera, de aquí o de allá, o de tu misma calle. No os canséis.

A los organizadores del blog. ¿Quién decide "cerrar" una entrada?.

Camino a Gaia 17 septiembre, 2010  

Creo que la propuesta de Carmen, no solo plantea la necesidad de gritar sino que también, plantea alternativas como la educación en valores, la "Educación para la ciudadanía y derechos humanos" que precisamente ha sufrido sabotajes por parte de la derecha española. Pienso que la mejor forma de dar contundencia a un grito, es acompañarlo de argumentos y propuestas y no me parece justo interpretar esto como un gesto de tibieza.
No sé si ha quedado suficientemente clara mis postura antiracista y por tanto mi condena la la medidas tomadas por Sarkozy. Mi único pero es a cerrar la puerta al debate a sobre la xenofobia porque, en definitiva, condenarla es fácil, pero construir una sociedad sin discriminaciones es algo bastante mas complicado y exige un alto grado de autocrítica.

José Vte. 18 septiembre, 2010  

Existe una senofobia pero es una xenofobia hacia la pobreza, ahora por el asunto de Sarkozy se ha centrado en los gitanos, pero hace unos dias fue en los magrebíes, o en los polacos, o en los ecuatorianos, o en EEUU hacia los mejicanos y centroamericanos en general.
A nadie le importa que venga Messi aquí o a Francia, o que Zidane fuera argelino, o recibir a Joaquín Cortes en el Eliseo, etc. etc.
A Gaddafi le han recibido en la Italia de Berlusconi y allí donde ha querido ir con todos los honores, colocando su Jaima donde ha querido, y todo después de haber sido declarado durante muchos años el dirigente mas terrorista del mundo.
En realidad es la pobreza la que trae la xenofobia, hay mucho miedo al pobre.
Los paises ricos generan la pobreza de los paises pobres esquimandolos, y cuando ya no pueden mas y tienen que emigrar para subsistir, los expulsamos apelando a que vienen a robarnos.

Un poco de por favor y un grito bien fuerte.

yraya 18 septiembre, 2010  

Trabajo en un colegio en hora de comedor y recreo y las madres tienen MIEDO a que sus niños jueguen con los venidos de fuera, MIEDO a que cada vez hay más niños que no son de este país, como si este pedazo de tierra en este mundo les perteneciera sólo para ellos, los niños se pegan, se discuten es lo que siempre ha pasado y dicen que son por los niños de fuera...
es una lucha constante la que llevo para hacer que estos niños piensen de manera libre, pero claro la educación se le da en casa sobre todo MALA EDUCACIÓN.
No quiero decir que no haya ningún padre o madre coherente con las ideas, los hay, pero es minoría.
Las palabras de Galeano como siempre maravillosas.
Un saludo

Antonio 28 septiembre, 2010  

Amiga Carmen, comparto tu posición al respecto. Y como dice Rafa, ese miedo a lo diferente se ancla en el egoísmo y la paranoia que sentimos hacia los demás. Tenemos nuestra libertad y sus bienes, nuestro estado del bienestar. Desde nuestro egoísmo, si vemos peder una minima parte de él o sospechamos de quebranto, acabamos desterrando al otro. Mientras hay se le pasan las migajas, pero cuando se nota posible ausencia, se les restringen. Y se demoniza al inmigrante, al negro, al diferente… Delincuencia hay por doquier, pero se maximiza la del inmigrante y los gitanos por entenderse que no es propia y se soporta la del ciudadano “normal” porque es “normal” y nuestro.

Un beso y lamento llegar tarde al debate

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