¡Qué listos son!

>> 17/5/10


Miedo me dan.

Ya lo decía a principios del siglo XIX el presidente de los EE.UU. Thomas Jefferson: “Considero que las entidades bancarias son más peligrosas para nuestras libertades que las fuerzas militares… Si los ciudadanos americanos permiten a los bancos privados controlar la moneda, primero mediante la inflación, y después mediante la deflación, la banca y las corporaciones que proliferen alrededor (de los bancos) despojarán a los ciudadanos de toda la propiedad hasta que sus hijos se queden sin casas en un continente que conquistaron sus padres y a quienes pertenece todo lo que haya alrededor”.

Se hicieron fuertes

Ciertamente han fraguado un lobby que se va adueñando del mundo. Son conscientes de que el capital es el motor de la economía en un sistema de mercado libre. Relegan a los gobiernos de los distintos países al papel de gestor de los bienes comunes. Se proclaman productores y gestores de la economía mundial y globalizan el planeta para poder hacer un inmenso mercado. Les importan un bledo las personas, su ética y moral, junto a su compromiso social, son una falacia. Son los dueños de los medios de comunicación y producción, de los servicios y de la actividad económica. Por tanto, al socaire de la libertad de expresión, utilizan sus medios para manipular, malinformar y dirigir la opinión pública hacia sus intereses. La gestión y producción de los escándalos y corruptelas son una buena baza para atrapar a los políticos entre la lacra del cohecho y la inmoralidad pública. Todos recordamos y conocemos el uso de “dossieres” para el chantaje y la difamación.

Provocaron la crisis

No sé si consciente o inconscientemente, provocaron la crisis. A veces pienso que lo hicieron a posta, para demostrarle al mundo quien manda y ver la reacción de los gobiernos ante la caída del sistema. Ante la debacle, los gobiernos temblando de miedo, salieron en su ayuda y, con los dineros públicos, les salvaron de la hecatombe. Se endeudaron para ayudarles a ellos. En lugar de aprovechar el momento para reconducir el sistema, se plegaron a su demanda y lo afianzaron. Era una excelente coyuntura para haber nacionalizado la banca y controlar la especulación que los banqueros hacen usando el dinero de los impositores, de los ciudadanos. La banca, que debe ser un agente mediador entre el ahorro y la inversión productiva, se convierte en un negocio especulativo. Lo curioso es que en estos dos últimos años se haya incrementado en 27% el número de milmillonarios, mientras el resto de la población se ha ido empobreciendo.

Crearon las agencias calificadoras

Existen unas agencias calificadoras para determinar la solvencia de los Estados y el riesgo de comprar deuda pública o de empresas. Las agencias calificadoras son empresas privadas dedicadas a la evaluación de un país desde el punto de vista político, económico y social, la cual da una calificación, que sirve de instrumento para las decisiones de inversión y permite mitigar el riesgo que supone invertir en activos financieros de diversos prestatarios. Son, pues, agencias privadas, que no siempre aciertan y pudieran tener intereses ocultos a la hora de emitir su juicio, si no, no se comprendería como en septiembre de 2008, justo cuando quebró Lehman Brothers, la agencia S&P “tenía a Lehman Brothers con una elevada calificación, sin perspectiva negativa alguna”. Son, bajo mi modesto punto de vista, tentáculos del capital que se permite controlar el mercado financiero mediante la emisión de juicios de valor, a veces, cargados de maledicencia.


Humillaron a los gobiernos

Es curioso, pero tras endeudarse los gobiernos para ayudar al entramado financiero, estas agencias los humillan, exigiéndoles la solvencia que antes no tenían las entidades salvadas y les acorralan económicamente, hasta hacerles tomar medidas de saneamiento económico en la línea de los beneficios, y eliminación de riesgos, para las empresas crediticias. El flujo dinerario es unidireccional, de los gobiernos a las empresas, socializando las pérdidas; pero ante los beneficios no hay socialización posible, son de ellos. Uno concluye que, aunque estemos en un sistema democrático de voto libre y directo, el propio sistema te tiene atrapado mediante los mecanismos económicos que lo hacen funcionar. El político no tiene más poder que el que le permita, o le condicione, la economía y sus verdaderos valedores capitalistas.

Pretenden el control de la sociedad del bienestar

El neoliberalismo ambiciona suplantar al Estado en la prestación de todo servicio y actividad económica, potenciando que este sea su cliente. Pretenden un mercado libremente autorregulado, sin cortapisas ni normas que les condicione. Ellos se sienten bien en la selva, pues tienen todas las armas a su disposición para hacer buena caza de beneficios, aunque en el camino se queden extinguidas muchas especies. Quiere que los gobiernos sean meros gestores, que compren los servicios que las empresas prestan al ciudadano, por lo que se ha de privatizar todo… la prestación de salud, la educación, las pensiones, la energía, la policía, incluso el ejército, como se ha visto en Irak con determinadas empresas. En fin… todo. El Estado no es, para ellas, prestador de servicios, sino gestor del gasto que generan. Por tanto, cuestionan la solidaridad social y solo potencian los servicios que les son rentables.

La banca privada desplaza a la pública

Por otro lado la banca privada ha desplazado a la pública, la ha asimilado o deglutido en los procesos de privatización. Por tanto, son los que gestionan el crédito y, en consecuencia, la inversión, mediante el control del grifo crediticio. Es más, no está permitido que los Bancos Centrales compren deuda pública, pero sí que le presten dinero a la banca privada al 1% para que estos la compren al 5% o más. O sea, que con el dinero del Banco Central ganan un 4% mínimo por asumir la gestión de la compra. Eso clama al cielo. Es evidente que su función de intermediaria, para hacer que el ahorro fluya a la inversión, ha sido sustituida por el objetivo de obtener beneficios económicos por encima de la idea del desarrollo de los pueblos.

¿Tendremos que empezar a pensar en los valores crediticios de la banca islámica? O, si acaso, potenciamos la labor de la banca ética que ya empieza a funcionar. La banca ética, también conocida como banca social, sostenible, alternativa o responsable, es un tipo de entidad financiera que combina los beneficios sociales y medioambientales con la rentabilidad económica de las entidades financieras convencionales.

Potencian el paro y el ajuste salarial

Finalmente, ¿Quién gana con ello? Si vemos la evolución de los hechos, percibimos que los gobiernos han cedido poder a la banca o han acabado reconociendo que ya lo tenía. Se ha incrementado el paro en 61 millones de personas en el mundo. Los hambrientos aumentaron en 200 millones, mientras los milmillonarios sumaron un 27% más. El desempleo lleva una mayor oferta de mano de obra y, en un mercado libre, eso significa que se baja el precio del trabajo; otra vez a trabajar por una miseria o quedarse en el paro.

A mí solo se me ocurre una solución o alternativa, a la que denomino “Economía humanista y ética”. Pero eso da para otro tema que, posiblemente, desarrolle más adelante.

23 comentaris:

Eastriver 17 mayo, 2010  

Antonio, por desgracia tienes toda la razón. Los presagios son tan oscuros como sus conciencias. El camino tan sucio como sus dentaduras, con las que muerden mucho y a gusto.

El otro día desalojaron a una pobre drogadicta que malvivía en un piso habitado por un borrachuzo. La pobre mujer salió arrastrando sus enseres, todos metidos en una enorme bolsa de Ikea llena a reventar de ropa, trapos, y qué se yo. No podía con ella: llegó hasta la esquina. Un coro de gente contemplaba compungida aquella particular expulsión del paraíso. Como no podía arrastrar tamaña bolsa la dejó en un árbol, acaso pensando volver a por ella en otro momento con alguna amiga. No dio tiempo: tan pronto hubo cruzado la esquina la gente se abalanzó sobre la bolsa, la abrió y comenzó entre risas a sacarlo todo, a burlarse de la drogadicta y a llevarse lo que quiso. Así que esa es un poco mi visión del ser humano: lo ético queda lejos, el humanismo es cosa de extraños. Pero de la misma manera que somos más humanos que hace quinientos años, en líneas generales lo digo, pienso que seguramente es cuestión de seguir luchando por un mundo mejor en que los verdaderos cambios pasen por un compromiso ético individual. Y luego por los grandes cambios del sistema. Tendemos a mejorar.

Respecto al tema de tu texto pienso que seguramente son necesarios un par más de hostias descomunales como ésta para que quienes mandan se decidan de una vez a cambiar las reglas del juego. Digamos que soy optimista, pero a largo plazo. Saludos, un gran texto y buenísimo también el chiste del gran Forges.

Ciberculturalia 17 mayo, 2010  

Si hay alternativas a lo que actualmente ocurre pero para ello tendrían que aplicar medidas de política económica de izquierdas y rebelarse contra la cruda tendencia de neoconservadurismo, de neoliberalismo que nos asola.
Buenísima entrada Antonio. Enhorabuena.

Un beso

Txema 17 mayo, 2010  

La verdad es que el diagnóstico es cabal.

Lo difícil es encontrar la terapia adecuada. Descartada la revolución, en el sentido cásico de la palbra, dada la desidelogización social, parece que se puede hacer algo por mejorar la situauación desde la izquierda transformadora.

Pero, semaos realistas, eso en el mejor de los casos.

saludos

RGAlmazán 17 mayo, 2010  

Los gobiernos se han sometido al poder del capital. Han renunciado a ejercer la soberanía popular en aras de un anonimato que pretenden que les exculpen de sus obligaciones cedidas.
Si no cuestionamos el capitalismo hay poco que hacer. Un sistema tan inmoral tiene como único principio la riqueza, y eso es lo que tenemos una plutocracia.
Buen análisis

Salud y República

mariajesusparadela 17 mayo, 2010  

Haces un serio estudio de una realidad. Ahora dinos qué hacemos para solucionarlo.

Unknown 17 mayo, 2010  

Mi padre que hace 27 años que murió ya me lo advertía: los bancos son los amos del mundo. No hay ideologías, sólo gobierna el capital y algún día lo verás muy claro.
Ya lo he visto. Da lo mismo de qué color sean los gobiernos: los capitanes y reyes de la economía deciden políticas, encumbran gobiernos y cuando les conviene, los deponen.
Muy buen post.

Antonio 17 mayo, 2010  

Amigo Ramón, el hecho que relatas demuestra la deshumanización a la que estamos asistiendo. La insolidaridad es la clave para que ellos venzan. Divide y vencerás. Ya está lejos aquello de “El pueblo unido jamás será vencido”.
La salida es difícil, pues quien tiene el poder no lo suelta fácilmente, solo se le puede arrebatar. Pero ¿qué armas tenemos para ello, salvo la concienciación política? Hasta eso está en sus manos, pues dominan los medios de comunicación.
Hay otra salida que no quiero ni nombrarla, pero es que se de una hecatombe y el sistema salte por los aires definitivamente… entonces, Dios nos coja confesados.
Un abrazo

Antonio 17 mayo, 2010  

Carmen, pienso que difícilmente se pueden tomar medidas de izquierdas con una legislación que ampara a la derecha, donde las leyes encorsetan la política social y al capital se le reconoce el papel de motor económico. No tenemos modelos alternativos validados y eso crea incertidumbre que lleva a la gente a pensar aquello de “mejor malo conocido que bueno por conocer”… eso ellos lo saben.
Un beso

Antonio 17 mayo, 2010  

Gracias, Txema. Comparto contigo esa apreciación. Un cambio radical, ni pensarlo, no es viable, salvo que se hunda todo. Un cambio mínimo, negociado desde la fuerza del colectivo social, sí. Pero ese cambio ha de ser desde el mundo global o la Europa de los pueblos, de su gente.
Saludos

Antonio 17 mayo, 2010  

Rafa, el capitalismo es el sostenedor del sistema. A él se ha plegado este. Las leyes, como decía, le protegen y solo cabe mejoras y controles de su actividad, pero en el fondo el motor será el mismo. Podemos estrellar gobiernos de izquierda contra el muro, pero si no persistimos, al péndulo nos llevará a la derecha de nuevo, porque la política de derechas está fundada en lo injusto que siempre beneficia a unos contra otros. El poder lo ejercen los beneficiados usando todos los medios a su alcance, incluida la manipulación informativa y formativa.
La ética es vendible y si llega al poder un sujeto de ética limpia, por lo general, acaba corrompiéndose ante tanta oferta y se pasa de bando. La historia nos lo demuestra.
Saludos

Antonio 17 mayo, 2010  

María Jesús, de momento creo que lo vamos pensando y divulgando, Crear conciencia. Estas posiciones que describimos en los blogs son significativas, pero no tenemos los medios informativos potentes a nuestro servicio, como ellos.
Este mundo necesita una vuelta de tortilla… ¿Cómo darla? No lo sé, pero ya somos más que la esperamos.

Antonio 17 mayo, 2010  

Querida Antonia, tu padre, al igual Thomas Jefferson, era preclaro. La banca privada es el cáncer de la economía. Olvida su función intermediaria entre el ahorro y la inversión y se dedica a la especulación y la ingeniería financiera, lo demás le importa un bledo.
Gracias y un abrazo

Thornton 17 mayo, 2010  

Antonio, has escrito un texto serio, crítico y muy pedagógico.
Lo mínimo que se les debe pedir a los bancos es que el dinero que presten esté en su banco, que tengan dinero para prestar no que se lo pidan a otro y hagan de meros intermediarios.
Claro que así concederán menos préstamos y más caros.
Las agencias calificadoras de riesgo, además de ser sospechosas de ocultos intereses, son continuamente engañadas por los bancos. En EE.UU. se está investigando a 8 bancos por tomarle el pelo a Standard & Poor's, Fitch Rating y Moody's Investors Service. Tal para cual.
En todo este asunto es obligado nombrar al Presidente Obama. Parece que encabeza una cruzada contra toda esta basura.
Ritero mi felicitación por tu magnífico artículo.
Un saludo.

Camino a Gaia 17 mayo, 2010  

Solo se me ocurre que analizando la situación desde el punto de vista de la biología la relación que mantienen los banqueros y los multimillonarios con las sociedades democráticas es de puro y simple parasitismo, pero han conseguido venderlo como competencia selectiva.
A eso se añade el problema medioambiental.
El expolio del medio ambiente nos es otra cosa que la destrucción ciega de unos recursos (la biodiversidad), que son patrimonio de la humanidad y que por tanto podemos considerar propiedad pública.
Solo hay pues una salida: profundizar en la idea de la simbiosis. Y como se podría decir: el sistema bancario no pasa la prueba del algodón.

Jordi Pascual Morant 18 mayo, 2010  

Antonio,
Todo es así como lo dices, y así seguirá mientras existamos como especie humana y nuestro cerebro mantenga su estructura actual. Al fin y al cabo los procesos químicos que se generan en él son el producto de la educación y la información que recibimos, alguna de ella enquistada genéticamente, también las emociones, pero en esencia son las mismas que hace miles de años.
Hay transformaciones lentas, como podemos observar en la naturaleza y otras que a través de las mutaciones llegan a ser más rápidas, aunque bruscas.
Sólo con una manipulación en la estructura cerebral del ser humano podemos modificar las conductas de avaricia, ambición y angustia que son las causas del desequilibrio social. Podríamos evitar el deseo de poder de unos sobre otros, pero quizás transformaríamos manifestaciones tan sorprendentes y mágicas como el arte o la música. El ser humano es muy extraño y a la vez admirable. Renace de lo más putrefacto para convertirse en expresión de la belleza y volver a la miseria de sus defectos más corrosivos.
La solución política, económica, social, no puede ser absoluta si no modificamos la fuente que genera las ideas políticas, económicas y sociales, y está en el cerebro.
Cualquiera otra acción será temporal. La cuestión es si queremos soluciones temporales o absolutas. Las absolutas están en manos de quienes tienen los medios para llevarlas a cabo, y ahí esta el peligro.
Permíteme, Antonio, un poco de ciencia ficción ante tanta política ficción.
Clarísima y acertada entrada.
Un saludo.

Antonio 18 mayo, 2010  

Gracias por tu comentario, Thornton. Para mí el problema de la banca es que se ha salido de su cometido y ha pasado de ser un elemento intermedio entre el ahorro y la inversión, a una empresa de negocio, invirtiendo y arriesgando el dinero de los depositarios, que no es suyo, en acciones irresponsables y especulativas, como la compra de paquetes financieros donde se incluía deudas como las hipotecas surprime, que eran de alto riesgo.
Lo increíble del sistema es que han conseguido eliminar la banca pública, privatizándola, además de bloquear y conducir la actuación de los bancos centrales hacia sus intereses. No es de recibo que estos bancos no puedan comprar deuda pública y sí prestarles dinero a ellos para comprarla.
Las agencias de rating están, para mí, bajo sospecha y el señor Obama lo tiene difícil, pues solo podrá modular en algo el sistema, pero no erradicar la perversión del sistema capitalista y la codicia que genera.
Un saludo afectuoso

Antonio 18 mayo, 2010  

Hola Camino. Si el ser humano bebiera, en cierta medida, de la fuente y del ejemplo de la naturaleza todo sería diferente. En ella se da el equilibrio simbiótico en contraposición al parasitismo. Tal vez, desde que Darwin mostró sus teorías, hemos comprendido que el ser humano es ante todo competidor con su entorno, incluidos los propios semejantes, y depredador.
Creo que los elementos correctores están en los principios y valores que cultive una sociedad, y esta no tienes los adecuados para la solidaridad y la simbiosis, la que lleve a sinergias convenientes para el conjunto de los ciudadanos. Los bancos, por definición, son un nido de codicia, puesto que trabajan con dinero.
Un saludo

Antonio 18 mayo, 2010  

Querido Jordi, si bien es cierto que la genética, e incluso la filogénesis, instauran conductas y actitudes, y que todas ellas generan y se relacionan, a la vez, con las emociones, hasta el punto de que todos nuestros actos están mediatizados por estas, también es muy cierto que la socialización, con su sistema educativo, interviene para modularlas y establecer cuales son los comportamientos y posicionamientos adecuados. Es decir, los valores y principios actúan muy directamente en la gestión de las conductas sociales y, por ende, en las emociones.
Por tanto, son las culturas las que establecen, no solo la forma de expresión artística, que de eso sabes tú mucho más que yo, sino el sistema de relación intersujetos. Eso nos llevaría a otro modelo, incluso de expresar el arte, pero con una diferente argamasa que uniera a los pueblos y su gente.
Yo creo que el cáncer de nuestra sociedad es muy antiguo. Se remonta a la noche de los tiempos, cuando los sujetos se aliaban para invadir, conquistar y someter a los otros haciéndose dueños y gestores de sus bienes por las armas. Cuando se esclavizó a unos para producir a favor de otros. Eso dio derecho al robo y expolio, viéndose como una heroicidad el arrebatarle a los otros sus pertenencias, o bien se les explotaba. Y, curiosamente, en ello seguimos, de lo contrario qué narices hacemos en la guerra de Irak? Hay está esa idea de filogénesis social a la que merecería.
Esta sociedad está enferma y su curación es muy traumática, pues pasa por la extirpación de ese cáncer histórico que choca con la justicia social y el propio sentido de la vida. Solo conseguiremos cambiar las cosas cuando se cambien las ideas que mueven el mundo, cuando pasemos de potenciar y alabar el TENER a buscar y potenciar la espiral de potencialidades que llevamos dentro para llegar al SER.
Un abrazo

Antonio 18 mayo, 2010  

Jordi, corrijo: Donde dice "Hay está esa idea de filogénesis social", debe decir "Ahí está...."
Ha sido un lapsus.

Isabel Martínez Barquero 19 mayo, 2010  

Un artículo de una lucidez aplastante, Antonio. Has puesto el dedo en la llaga y no te equivocas. Ellos, los bancos, son los que manejan nuestros destinos, los que mueven gobiernos, los que crean alarma social si les conviene, los que siempre ganan. Son los mercaderes del templo, la escoria de la Tierra.
La crisis por la que atravesamos la han generado ellos, de eso estoy convencida, pues he visto con mis ojos su actuación inconsciente y prepotente. Las consecuencias las pagamos todos.
Un abrazo.

Antonio 19 mayo, 2010  

Isabel, en ese, al igual que en otros sentidos, compartimos la visión del mundo. Estamos de acuerdo en los calificativos que le adjudicas a la banca.
El poder lo tienen ellos y lo han ejercido siempre desde la sombra. La democracia será posible cunado los bienes sean también distribuidos de forma justa y equitativa entre los ciudadanos y no se deje en manos de la banca el grifo del dinero.
Un abrazo

fritus 24 mayo, 2010  

Certero post, Antonio, que dice verdades como puños y con un diagnóstico claro, aunque como dice Isabel, lo fastidiado es el díficil remedio ante tal diagnostico.

Creo que en un ejercicio de sinceridad, muchos políticos del mundo debería dirigirse a la ciudadanía diciendo " Señores, quienes gobiernan de verdad son las multinacionales ( sobre todo las energeticas) y la banca ...nosotros pintamos menos que los presidentes de comunidad de vecinos"...Sería todo mucho más honesto.

Un abrazo

Antonio 27 mayo, 2010  

Fritus, a los gobernantes les cuesta mucho reconocer sus limitaciones y se sienten prepotentes, hasta que les hacen doblar la cerviz y claudicar, empezando a tomar medidas en la línea que establece el FMI y adláteres.
Un abrazo y gracias por tu comentario.

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