Me uno a Grito de lobos

La amiga Susana tuvo el detalle de invitarme a participar en este proyecto tan interesante, un blog de encuentro libre y abierto a los pensamientos constructivos que queramos intercambiar. Uno anda ya bastante liado con sus propios proyectos personales, pero cuando se trata de uno de estas características no nos podemos retraer a implicarnos.

El asunto es por qué y para qué. El porqué es evidente. Estamos inmersos en un momento de la historia donde se da una serie de circunstancias que hay que asimilar y reconducir. Están ocurriendo demasiadas cosas para quedarse cruzado de brazos y, al menos, no ponerlas sobre la mesa para que la gente las digiera a su manera.

El mundo se está globalizando, mejor dicho mal globalizando, y el dinero rompe fronteras, pero para explotar a otros que cobran menos por su trabajo. Las tecnologías son cada vez más sofisticadas y su uso y servicio puede pervertirse hasta ser un instrumento de mayor diferenciación e injusticia. Los medios de comunicación, que pregonan la libertad de expresión, son usados por sus dueños para apoyar las opciones políticas que les interesan. La política está cada vez más en manos de los poderosos, que usan los medios de comunicación y tienen el grifo del dinero. Las religiones están “meando fuera de tiesto” y defendiendo posiciones anacrónicas y dogmáticas que tienden a perpetuar el sistema de injusticia que se instauró, a descalificar el libre pensamiento y a no respetar la libertad y el libre albedrío de la gente; lo importante para muchos de ellos es que no les rompan el sistema de donde se alimentan. La crisis financiera, que parecía iba a hundir el mercado bursátil y a la banca, acaba reafirmando a los especuladores y ladronzuelos de guante blanco, a los que incluso se les aplaude engominados, envigotados y con su traje nuevo, y deja en la miseria a los trabajadores en paro; empobrece a los pobres y da dinero público para salvar a la banca… gana la banca!!! El hambre, la enfermedad y la guerra siguen sembrando la muerte por el mundo y, no solo no se evita, sino que se potencia por acción u omisión.

Por tanto, esta sociedad cínica y perversa, está enferma. Tiene una malformación congénita, genética, que se ancla en sus raíces. Creo que habrá que estudiar su ADN, descubrir su mapa genético y aplicarle el tratamiento adecuado. Posiblemente se resistirá a ser intervenida, usará todos los argumentos en sus manos para demostrar que eso no es una enfermedad a erradicar, sino un resfriado transitorio, mientras sigue engordando su barriga egoísta e ignorando aquello que no le interesa al poder y sus adláteres, que podemos ser todos o la mayoría de los países desarrollados, mientras que su estómago se sigue llenando y su cerebro alienando.

Entonces, el porqué está claro, y el para qué se puede desprender fácilmente. Para cambiar el sistema sin traumas ni sangre, pero con la firmeza de la convicción de todos y cada uno de los ciudadanos libres, para aportar el granito de arena que construya un orden más justo. Para hacer un mundo más libre, humano y natural. Para encontrar la simbiosis entre el hombre y la tierra, como su casa y alimento natural. Para cambiar la mentalidad pasando a la aceptación de la diversidad enriquecedora en contraposición de la imposición excluyente y encapsuladota de las verdades inventadas. Para desarrollar principios y valores universales, aceptables y aceptados por todos, que permitan una vida enfocada en el humanismo y en el convencimiento de que las sinergias suman, llevando a la consecución de un objetivo más enriquecedor.

El asunto está en el cómo. Yo sigo pensando que la energía del mundo se centra en la gente. Es la resultante de la suma de muchas energías individuales que se acoplan en un canto común, en una confluencia. El problema está en definir y aceptar la canción que se cantan, en acompasar las voces para que no haya estridencia y en entender que esa canción se compone, en el día a día, por todos y cada uno de los participantes. La canción ha de ser asumida, pero con el convencimiento de que es la más adecuada, la más propicia, como un objetivo común contraído por todos, no impuesta como está siendo hasta ahora. Asunto harto difícil, pues hay quien siempre saldrá de tono y cantará la propia.

Para ello hay que hacer al ciudadano más responsable, con más capacidad de discernimiento que le lleve al saludable ejercicio de la libertad. En suma, habrá que potenciar la educación, la formación, para liberarlo de los estigmas de la historia, de los prejuicios, y dotarle de un racional juicio propio, hacerlos librepensadores constructivos.

La globalización no tiene sentido si no se hace sobre valores humanos, buscando la igualdad, equidad y justicia distributiva que garantice unos mínimos para la supervivencia de la gente, estén donde estén, vivan donde vivan. En ello tiene mucho que decir el buen uso de las tecnologías, la ruptura de fronteras de los medios de comunicación, como este.

Este es el grito de un lobo solitario, el lobo estepario que sale de la estepa para unirse a la manada, a este grito de lobos que busca ese objetivo común mediante la comunicación y el intercambio de ideas con mente abierta, buscando la convergencia. Al menos eso pienso yo. Si vamos por ahí, me apunto…